El curso de Escatología del II Cuatrimestre 2020 se desarrollará de manera particular. En vista de las restricciones a las que nos obliga la pandemia del Covid19, las sesiones de clase serán por medio de videoconferencia. El Pbro. Jafet Peytrequin desarrollará el tema haciendo uso de plataformas como Zoom, Microsoft Teams,Kahoot, Plaforma Moodle.
La primera sesión se realizó el sábado 16 de mayo, en fiel seguimiento a las disposiciones de la Universidad Católica de Costa, se dio lectura al programa del curso, se evacuaron dudas y posteriormente se hizo una breve introducción por los recursos virtuales que se usarán en el curso, de manera tal que quienes no estuvieran familiarizados con los recursos tecnológicos tuvieran un primer encuentro.
Después se llevo a cabo un ejercicio muy interesante, utilizando la aplicación Kahoot el profesor elaboró una serie de ideas que fueron puestas a consideración de los alumnos para que determinaran con su criterio propio si las expresiones reflejaban el pensamiento cristiano o no, todas haciendo referencia de alguna manera a la muerte y la vida después de morir.
Entre las expresiones que analizamos:
- A los vivos se les debe respeto, a los muertos nada más que verdad.
- Lo terrible no es la muerte, sino saber que vamos a morir.
- El hombre siempre muere antes de haber nacido por completo.
- El temer a la muerte es hacer demasiado honor a la vida.
- Morir, no. Sólo existe la muerte en el completo olvido de tu recuerdo en la persona que más te ama.
- La muerte nos sonríe a todos así que devolvámosle la sonrisa a la muerte.
- Nacer es lo mejor que ha podido pasar. Por muy mal que te vaya, no desees jamás morir... no merece la pena.
Después de reflexionar en grupo entre compañeros y docente llegamos a conclusiones muy aleccionadoras originadas en la Iglesia que, como madre y maestra, nos enseña que la vida del creyente se desarrolla en clave performativa, es decir que la vida cristiana se construye en cada instante de nuestra existencia y que la muerte no debe verse como enemiga sino como parte de ese proceso de plenitud al que está llamado el cristiano, la vida eterna.
Toda la vida del ser humano se sustenta sobre la una única verdad, hay vida después de la muerte. La verdad perfecta del cristianismo es Jesús (camino, verdad y vida), porque con él se inaugura una nueva creación un nuevo génesis. Fundamentándose en la muerte y resurrección de Cristo la Iglesia proclama que "la vida no termina sino que se transforma". Por tanto:
"Si hay vida después de la muerte estamos viviendo para la vida".
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