jueves, 4 de junio de 2020

LECCION 2. ¿Qué es la muerte en el pensamiento filosófico?



En el primer foro del curso desarrollamos el tema de cómo son los ritos fúnebres en algunas culturas, los compañeros de curso hicieron comentarios y aportes interesantes, algunos desconocían hasta el significado de prácticas realizadas en nuestra sociedad.


Un detalle interesante mencionado por el profesor Jafet fue el origen de la practica del novenario. Un asunto originado por necesidad jurídica, pues resulta que en la época cesaropapista cuando el Papa moría se estipulaban nueve días para que los todos los jefes confirmaran la muerte del Pontífice; por cuanto el Papa era el único con la facultad de nombrar reyes, con esta práctica se atestiguaba si verdaderamente había fallecido. Los nueve días era el tiempo en que el representante del reino más lejano tardaba en  llegar. La vela del Papa era de índole pública, de ahí surge la idea de descubrir al muerto (idea romana-occidental); curiosamente al  mantenerse el cuerpo en exposición da origen a los ministerios del quitamoscas y del incensario quienes colaborában a que las molestias de la descomposición del cadáver fueran más llevaderas.


 
 





El deterioro del cuerpo es una de los signos más fuertes al llegar la muerte. San Agustín dijo "el hombre comienza a existir en en la muerte desde el momento en que comienza a existir en el cuerpo". 

La muerte es algo de lo que no se puede tener escapatoria, somos materia y como tal estamos siempre en proceso de deterioro, de caducidad.


 
"La postura clásica ha insistido en la muerte como separación del cuerpo, y, sobre esta base, se ha centrado en las pruebas de la inmortalidad y en el estudio del alma después de la muerte. Esta postura es muy válida pero no está exenta de dificultades. La primera parece limitar la muerte al cuerpo; él sería principalmente quien sufriría en la muerte mientras el alma quedaría libre. Cicerón lo sintetiza de manera certera: "Tú no eres mortal, sino que lo es tu cuerpo" (Burgos, 2010, p. 136).


Sin embargo, la actitud que  tenga hacia la muerte determina el modo de vivir. Por ejemplo Kant afirmó la necesidad de una proyección más allá de la muerte para tener un principio ético de vida, es decir los actos del ser humano deben proyectarse hacia algo más allá de él para ordenar sus actos.. Eso sí, Kant no entra en el conflicto de si hay algo después de la muerte para poseer un principio ético de vida, a esto lo denomina la razón práctica.

 
Immanuel Kant



La vida no puede regirse por principios pasajeros, todo es transitorio. Hay que tener claro que Kant piensa en principios metahistóricos y no metafísicos. 

Partiendo de Kant, Hegel elabora su dialéctica asegurando que hasta los principios son caducos, no busca la verdad real sino que busca establecer su pensamiento de la mano de un principio que logre imponer. 




 

 
Mas recientemente, en el siglo pasado; Heidegger representante del existencialismo trascendental sostuvo, “conquistar la muerte es conquistar la vida”. La muerte es un componente esencial de la vida, es lo que da a la vida su definición. Son expresiones existencialistas aquellas como “lo único seguro la vida es la muerte”, ya que el saber que vamos a morir nos ratifica el hecho que estamos vivos.
 

Martín Heidegger



Por su parte, Jean Paul Sartre, existencialista que ha ejercido mucha influencia en la sociedad sostiene que “lo único que tenemos es la existencia”, y por tanto preguntarse por las realidades futuras es una pérdida del tiempo. Su pensamiento proclama “así como la existencia no la pedí tampoco tengo que pedir permiso para morir”.


Unamuno es un filósofo que confunde con su pensamiento pues nunca se declaró cristiano pese a que “comulgaba” con algunos principios del cristianismo. Consideraba que la muerte es algo definitivo, aunque consentía la idea que nuestra identidad que sobrevive a la muerte es necesaria para morir.


Para Unamuno la muerte es el acto más solitario del ser humano. Yo solo yo es el que la experimento y ahí acaba todo. Afirma que desde la razón la inmortalidad no se sostiene por ser un tema que se halla fuera de su campo de acción.


         
Miguel de Unamuno








Afirma Unamuno: "Racionalmente carece de sentido hasta el plantearlo. Tan inconcebible es la inmortalidad del alma como es, en rigor, su mortalidad absoluta. Para explicarnos el mundo y la existencia -y tal es la obra de la razón- no es menester supongamos ni que es mortal ni que es inmortal nuestra alma. Es, pues una irracionalidad el solo planteamiento del supuesto problema" (López, 2007, p. 93)
 


En la Antigüedad se consideró que la mejor forma de luchar contra la muerte era no pensar en ello, la muerte no es nada con respecto a nosotros. Para Joseph Ratzinger esta idea es actual, el tabú de nuestra sociedad es no hablar de la muerte; los padres de familia se valen de cualquier figura para evadir y no profundizar con sus hijos acerca de la muerte, prueba muy clara de ello es la conocida película “Coco” de Disney, al poner de manifiesto la evasión de la muerta al presentarla como algo casi que irreal mientras la familia no olvide a sus difuntos.


Joseph Ratzinger





Ratzinger también expresa, “cada día que pasa es un triunfo de la muerte sobre la vida”, pues cada día que pasa la cosas van perdiendo su consistencia. El ser humano es el único ser que sabe que va a morir.

La sociedad actual se rinde ante la frase “Carpe Diem, Tempus Fugit”- “Vive cada momento, el tiempo vuela”, vive inmersa en que lo importante es el ahora sin preocuparse por el futuro. No piensa en lo que vendrá mañana, que busque cómo se las ingenian las generaciones futuras eso será problema de ellos no de nosotros.



 
 

Para Motlmann, teólogo protestante, una sociedad que reprime la muerte es una sociedad que no reaccionará ante ningún sufrimiento. Una sociedad que no afronta el dolor, la enfermedad, que para ser feliz ve de lejos al que sufre. Será una sociedad que lo único que piensa es en vivir el momento.




En fin, la muerte ha sido el enigma de todos los tiempos. La filosofía ha tratado de encontrar una explicación que calme la incertidumbre, para algunos pensadores el ser humano pervive de alguna manera después de la muerte; en cambio otros plantean que no hay nada, una vez muerte no queda rastro de la persona. Curiosamente el cristianismo se ha servido de algunas ideas del pensamiento antiguo para elaborar y superar el concepto de muerte, tras el advenimiento en la carne del único y verdadero Dios vivo cree pronfundamente que la esperanza no es tener confianza en algo que vendrá sino comprender la vida presente como preambulo del mundo futuro, de manera tal que esta vida vale la pena vivirla sin caer en la indiferencia. Cierro con palabras de Joseph Ratzinger :
 
"La inmortalidad no se debe al propio esfuerzo, y, aunque es don de la creación, no se trata de algo sencillamente dado en el plano natural; si, no obstante, se reduce a esto, entonces se convierte en perdición. La inmortalidad se apoya en una relación que se nos regala, y precisamente así representa una exigencia para nosotros mismos" (Ratzinger, 2007, p. 174).
 


Preguntas que genera el tema:

¿Por qué el pensamiento generalizado que la muerte ocurre al final de muchos años, y no como algo presente desde el inicio de la existencia?

¿Cómo cambiaría el comportamiento del ser humano si no muriera?

¿Logra responder la filosofía al anhelo de trascendencia del ser humano? 

 
 
Fuentes complementarias:


Burgos, J. (2010). Antropología breve: Manuales de filosofía. Madrid: Editorial Palabra.
 
López, A. (2003). Cuatro filósofos en busca de Dios. Madrid: Editorial Rialp.

Ratzinger, J. (2007). Escatología, La muerte y la vida eterna. Barcelona: Editorial Herder.

         ¿Qué es la muerte?¿Cuál es la relación entre la filosofía y la muerte?

https://www.youtube.com/watch?v=8RyvvLu-TcE





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